Tras sufrir abuso sexual 4 veces, Myra hoy no tiene miedo a hablar
Inspirada por otras personas que se atrevieron a compartir sus historias de abuso, principalmente María Trusa, fundadora del Movimiento #YoDigoNoMas, Myra Pagan decidió romper el silencio y compartir la historia de los cuatro episodios de abuso sexual que experimentó durante su vida.
Aunque por muchos años ella guardó este secreto, contar lo que le pasó fue un paso importante para convertirse en la mujer exitosa y sin miedo a hablar que es hoy.
El primer episodio de abuso sexual
Cuando tenía 3 o 4 años de edad, Myra recuerda que estaba en la casa de su madrina, un lugar que solía frecuentar. Allí estaba su abuela y el hermano de su abuelo. Ella recuerda que mientras conversaba con su abuela, él la tenía en sus rodillas y la balanceaba. Pese a su corta edad, Myra podía sentir que algo no se sentía bien, que algo no estaba bien.
Minutos después, su abuela salió de la habitación en la que se encontraban y él siguió balanceándola y, luego, le susurró al oído: “vete para el baño y quítate los pantys”. Pese a no entender muy bien lo que pasaba, ella sentía que no era correcto y se sintió paralizada. No obstante, Myra se levantó y se fue hacia el baño.
Sintiendo mucho miedo, ella se encerró en el baño y permaneció allí preguntándose ¿Qué podría hacer? Para ella, fue una eternidad el tiempo que se quedó ahí encerrada. Una vez salió del baño, Myra se aferró a su abuela y no quería apartarse de ella ni un minuto. Ella estaba muy asustada. Y tras esa experiencia, siempre mantuvo la distancia de ese hombre y nunca más quiso estar sola con él en el mismo lugar hasta que supo que él falleció trágicamente.
Otras experiencias de abuso sexual
Desafortunadamente, aquella experiencia en sus primeros años de vida, no fue la única que tuvo que experimentar Myra. A sus 12 años cuando visitó a su primo en Puerto Rico, ella recuerda que salieron con su hermano menor, que estaba sentado en el asiento trasero del carro, y su primo puso su mano debajo del vestido de Myra y la tocó.
Ella nuevamente se sintió paralizada y en ese momento sí tuvo claridad de lo que estaba pasando, se volvió hacia su hermano y le dijo: “Por favor no te vayas de mi lado, quédate conmigo”. Él sin saber lo que pasaba, accedió y permaneció junto a ella. Para Myra, su hermano fue su salvador en ese momento.
Posteriormente, cuando Myra tenía alrededor de 18 o 19 años fue violada por dos personas que ella conocía, por sus vecinos. Pasó cerca de un año entre los dos episodios de abuso sexual. Aunque no recuerda muchos detalles de estos eventos traumáticos, sí recuerda que mientras ella decía que no, su agresor la inmovilizó y la violó y cuando ella le contó a su madre lo que había sucedido, ella no le creyó.
Para Myra esto fue muy difícil pues nunca fue una joven promiscua y no entendía porqué su madre no podía creerle lo que le había pasado y por esta razón sintió mucho resentimiento hacía su madre.
El proceso de sanación
Pese a las difíciles experiencias que tuvo que afrontar Myra Pagan, ella nunca permitió que lo que le había sucedido le impidiera ser la persona que ella deseaba ser y seguir siempre adelante; además, como mecanismo de defensa, por mucho tiempo bloqueó los recuerdos de los episodios de abuso sexual.
Pese a que ella explica que no dedicó mucho tiempo a pensar en estas experiencias, no siente miedo de hablar de estas vivencias y es consciente de que aún está en su proceso de sanación. Y desde su experiencia, exhorta a quienes también sufren abuso sexual a hablar, a compartir lo que están viviendo porque solo hasta que lo dejas salir, empiezas a sanarte.
No olvides que el Movimiento #YoDigoNoMas ha creado un espacio seguro y de confianza para que los sobrevivientes de abuso sexual rompan las cadenas del abuso compartiendo su historia. Así mismo, el movimiento busca entregar educación y herramientas para prevenir la violencia sexual contra niñxs, mujeres u hombres. Conoce más sobre el Movimiento y súmate a nuestra causa.
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