¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué es importante?

¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué es importante?

Cuando iniciamos una relación de pareja es posible que sin darnos cuenta nos vamos a los extremos: pretender seguir como si estuviéramos solteros, pensando sólo en nosotros mismos, o pensar sólo en complacer a la otra persona, pasando por encima de las necesidades propias. La responsabilidad afectiva se trata, justamente, de encontrar el equilibrio entre lo que pensamos y sentimos, y lo que piensa y siente la otra persona.

Y es que cuando empezamos a conocer a alguien y a construir una relación de pareja, pueden afectarnos mucho las acciones de la otra persona, no sólo porque tenemos el interés de agradarle, sino porque, muy posiblemente, concebimos planes a futuro al lado de esta persona. En este punto, si no hay reciprocidad y una de las personas no tiene consciencia del impacto de sus actos en el otro, es probable que la relación no funcione y uno de los involucrados sufra.

Aunque por años, nos han hecho creer que para que el amor sea verdadero debe haber sufrimiento, la idea de crear un vínculo con una persona especial debe estar motivada por el bienestar mutuo y el poder compartir sentimientos honestos y genuinos.

¿Cómo identificar la responsabilidad afectiva?

Si aún no tienes muy claro de qué se trata la responsabilidad afectiva, es importante que sepas muy bien qué es y qué no es.

Es responsabilidad afectiva

  • Expresar nuestros sentimientos.
  • Hablar de nuestras expectativas con respecto a la relación.
  • Tener una buena comunicación.
  • Establecer y respetar los límites.
  • Cuidarse mutuamente.
  • Saber que nuestros actos tienen consecuencias en los demás.

No es responsabilidad afectiva

  • Ocultar información sobre nuestros sentimientos.
  • No validar las emociones del otro.
  • Ignorar los límites de la otra persona
  • Incumplir los acuerdos de pareja.
  • Crear falsas expectativas en la otra persona cuando no estamos dispuestos a construir un vínculo.
  • Pretender que la otra persona adivine lo que pensamos o sentimos.

La responsabilidad afectiva, como otras habilidades humanas puede trabajarse y desarrollarse. Si tu interés es construir vínculos saludables es importante que aprendas cómo actuar para evitar comportamientos dañinos en tu relación de pareja.

¿Cómo desarrollar la responsabilidad afectiva?

Ser consciente de que nuestros actos tienen un impacto en las demás personas y saber gestionar las emociones, es la clave para desarrollar la responsabilidad afectiva. Presta atención a las siguientes pautas para desarrollar esta habilidad:

Fomentar la comunicación honesta

La base de un vínculo armonioso es, sin duda, una comunicación honesta por parte de las dos personas involucradas en la relación. No olvides que los engaños pueden hacer de la relación un vínculo tóxico.

Evitar sufrimientos

Las relaciones de pareja no siempre son de la misma forma. Si se presentan cambios sustanciales en los sentimientos, es mejor recurrir a la verdad, que generar sufrimientos a otros.

Fijar límites sanos

Establecer límites, expresarlos con claridad a la otra persona y respetarlos es la base de una relación saludable.

Validar los sentimientos del otro

En una relación de pareja los sentimientos de ambas personas son igual de valiosos. Validar las emociones de ambos establece un equilibrio.

Asumir el conflicto

En las relaciones siempre se presentarán desacuerdos, asumir con serenidad el conflicto es fundamental.

Evitar racionalizar todo en la relación

Si bien no es recomendable dejarse llevar por los impulsos, querer buscar argumentos lógicos a todo tampoco ayuda. Permítete disfrutar tu relación.

Como ves, la responsabilidad afectiva no se trata de una capacidad excepcional, básicamente tiene que ver con encontrar el balance y buscar el bienestar de las dos personas involucradas en la relación.

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Cuidado con las conductas abusivas

Muchas de las dificultades que se presentan hoy en día en las relaciones de pareja, tienen que ver con la falta de responsabilidad afectiva. Estar muy predispuestos a no mostrar la vulnerabilidad frente a otros, nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos e ignorar lo que piensan y sienten los demás.

Conductas como el ghosting, el gaslighting y el zombieing son el resultado de la falta de responsabilidad afectiva y pueden llegar a convertir a cualquier persona en víctima de abuso emocional, físico o s3xual. En el Movimiento #YoDigoNoMas compartimos contigo herramientas para que aprendas a identificar las señales de alerta de estos comportamientos abusivos y sepas cómo prevenirlos y protegerte. Conoce más sobre nuestro Movimiento y súmate a nuestra causa.