Por muchos años, María no fue consciente del abuso sexual que sufrió cuando era niña
María Quezada tuvo que enfrentarse al abuso sexual cuando se enteró de que su hija Sandy fue víctima de abuso por parte de varios integrantes de la familia. Sin pensar en las repercusiones que esto traería, ella decidió creerle a su hija, apoyarla y buscar justicia para ella. No obstante, sin saberlo, ella también fue víctima de abuso sexual.
Por mucho tiempo, ella estuvo confundida con respecto a una experiencia de su infancia. Ella pensó que lo que había vivido era algo normal y que eso no había tenido mayores repercusiones en su vida. Hablando con su psicóloga ella logró conectar cosas que le pasaban en la adultez con esa experiencia y comprender que ella fue abusada sexualmente por su tío.
“No es bueno guardar silencio, no es bueno quedarnos pensando que eso fue normal o pensando que nosotros fuimos culpables”, señaló María.
Pensando en lo que ella vivió y en todo el tiempo que se sintió confundida, María decidió compartir su historia para que las personas que pasan por situaciones similares a la suya, puedan comprender que el abuso sexual también es cuando se toca a la víctima, cuando se obliga a esta a tocar los genitales de otra persona, cuando hay contacto buco-genital e incluso cuando una persona es forzada a ver pornografía.
La experiencia de abuso
María es madre de seis hijos y aunque poco tiempo después de que se casara, los hijos fueron llegando, ella no lograba entender por qué no se sentía cómoda en la intimidad con su esposo, ella sentía repudio. Pasados varios años, cuando ya tenía tres hijos, llegó a su mente algo que ella vivió cuando tenía aproximadamente cuatro años.
Aunque son muy pocos y no muy claros los recuerdos que tiene de esa escena, viene a su mente que ella solía jugar al papá y a la mamá con su tío, él hizo una casita en la que solo estaban ellos dos y de repente, llegó la esposa de su tío y dijo “¿Qué están haciendo ahí?” y le ordenó a María que se fuera. Ella recuerda ver el rostro asustado de su tío, pero como niña que era, no comprendió bien lo que pasaba.
María no tiene claridad de lo que le hizo su tío en ese momento, pero más adelante cuando ella tenía 12 o 13 años, su tío visitó a su familia y le preguntó si ella ya había tenido su periodo, ella le dijo que no sabía qué era eso y el procedió a explicarle y le dijo que para que “ella se viera mejor y tuviera eso”, debía hacer lo que él le dijera. Él la forzó a tocar sus partes íntimas.
Posteriormente, la madre de María sorprendió a su tío mientras intentaba quitarle el short, él fingió estar dormido y ella regañó a María. Nunca se habló de este asunto, fue como si no hubiera pasado nada.
Si bien no la juzga ni la culpa, María afirma que desconoce las razones por las que su madre no actuó al encontrar a este hombre en la cama de su hija, pero ella sí ha tomado acción cuando ha sabido que algo malo les pasa a sus hijos.
María recibió el apoyo de su esposo
María pensaba que eso no era abuso sexual, pero en el momento en que ella comprendió que sí lo era y que esto era lo que le generaba dificultades en la intimidad con su esposo, habló con él y le contó lo que le había sucedido. Solo hasta ese momento, María logró ser consciente de la gravedad de lo que había vivido y que por mucho tiempo había normalizado.
Su esposo entendió su situación, le brindó todo su apoyo y su cariño y la motivó a buscar ayuda. María, como muchas personas, pensaba que la ayuda psicológica era para los locos, hasta que, finalmente, se dio cuenta de que es muy importante.
Hoy María se siente muy agradecida por el apoyo que recibió de su esposo y porque no está sujeta a ese pasado. Compartir su historia, le ha permitido sentirse libre.
Muchas de las personas que sufren abuso sexual no reciben apoyo de las personas de su entorno cercano cuando revelan lo que vivieron, incluso en muchos casos son juzgadas, recriminadas y culpadas por lo que sucedió. Esto es determinante para que el sobreviviente de abuso sexual pueda superar su trauma.
Por eso, en el Movimiento #YoDigoNoMas brindamos un espacio seguro y de confianza para que los sobreviviente de abuso sexual puedan compartir su historia y empezar a sanar las profundas heridas del abuso. Conoce más de nuestro Movimiento y súmate.
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