Patriarcado ¿Cómo se caracteriza este sistema social opresor y de qué forma se manifiesta en la actualidad?
Desde tiempos remotos, el patriarcado ha sido un sistema social que se ha implementado en cada aspecto de nuestra vida, restándole poder al género femenino y remarcando la desigualdad que durante muchos años ha caracterizado a la sociedad.
Este sistema, en el que se le brinda completa autoridad y poder al hombre en diferentes ámbitos, ha sido la causa de innumerables violaciones a los derechos de la mujer, a quienes incluso se les oprimen diversas libertades, así como la participación en poderes económicos, sociales o políticos.
El debate sobre este sistema social opresor se ha llevado a cabo en diferentes épocas, llegando a su punto de mayor visibilidad durante el siglo XX, cuando diferentes movimientos feministas iniciaron acciones para garantizar el cumplimiento de los derechos de la mujer, en una sociedad en la que se normalizaba su opresión y dominación por parte del género masculino.
Hoy en día, la lucha mundial por los movimientos feministas continúa para lograr un mundo en el que se rechace por completo el sistema patriarcal, y la mujer finalmente pueda ser libre de ejercer su vida tal y como le parezca, accediendo a los mismos derechos que cualquier individuo pueda tener, sin distinción de género alguno.
En este artículo analizamos un poco sobre la definición del patriarcado como sistema global, cómo se originó esta ideología opresora y de qué forma se manifiesta en la sociedad actual.
¿Qué es el patriarcado?
El patriarcado es una forma de organización social y jurídica que basa sus principios en la posesión de la autoridad por parte de los hombres, manteniendo un sistema en el que el género masculino suele tener superioridad en diferentes aspectos.
A través de su libro ‘La creación del patriarcado’, la historiadora estadounidense Gerda Lerner define a este sistema como “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”.
Históricamente, los hombres siempre han sido la figura que se asocia con el dinero, el poder, los negocios y los bienes, mientras que la mujer se le asocia con debilidad, tareas del hogar, cuidadoras, etc.
Este tipo de sistema opresor se ha establecido en diversas organizaciones, como por ejemplo las grandes industrias del mundo y la religión, incluyendo en muchas familias en las que se ha normalizado la regla de que el hombre sea “la cabeza del hogar”.
¿Cuál es el origen del patriarcado?
La palabra ‘patriarcado’ proviene de ‘patriarca’, que a su vez proviene del griego antiguo ‘patér’ (padre) y ‘arkhé’ (autoridad). Es decir, literalmente significa autoritarismo paternalista. Este término empezó a utilizarse en los años 70 por estudios feministas que hacían referencia a un sistema en el que el hombre ejercía el poder sobre la mujer en cuanto a libertades, derechos, poder económico, social o político.
Ahora bien, para adentrarnos un poco en la historia de la humanidad y descubrir cómo el patriarcado se fue convirtiendo en un sistema opresor que poco a poco se iba adentrando en las costumbres familiares de todas las comunidades a nivel mundial, es necesario consultar las diversas teorías en torno a este tema.
Una de las más populares ha sido la mencionada por la autora Gerda Lerner, quien en el mismo libro de ‘La creación del patriarcado’, explica que el patriarcado es un sistema relativamente reciente y se origina en el llamado “viejo mundo”, durante la revolución neolítica, cuando los primeros Estados empezaron a formarse, es decir, hace unos 10 mil años atrás.
Sin embargo, existen otros estudios que difieren con la teoría de Lerner, sosteniendo que el patriarcado ha sido un sistema que probablemente haya estado presente durante gran parte de la historia de la humanidad, estableciéndolo como un hecho “natural” que ha estado presente incluso desde las sociedades primitivas.
¿En qué se basan las ideas sociales del patriarcado?
El patriarcado basa sus ideas en la separación y segregación de las personas por su sexo, género e identidad de género. Estos tres conceptos, aunque pueden estar relacionados entre sí, representan partes diferentes de cada persona.
Hay muchas personas que consideran que el sexo, el género y la identidad de género están alineados, mientras que otros no. Para entenderlo mejor, a continuación te dejamos el significado de estos tres conceptos, según el sitio web de Planned Parenthood:
- Sexo: Etiqueta clínica que se suele establecer basándose en los genes, hormonas y partes del cuerpo (como los genitales). Está etiqueta se incluye en tu certificado de nacimiento y describe tu cuerpo como femenino o masculino. El sexo de algunas personas no encaja en las etiquetas femenino o masculino. Cuando esto sucede, se le llama intersexual.
- Género: Es un estatus legal. Se refiere a la manera en que la sociedad cree que tenemos que vernos, pensar y actuar. Cada cultura tiene sus creencias y reglas informales sobre cómo deben actuar las personas según su género. Por ejemplo, muchas culturas creen que los hombres deben ser más agresivos que las mujeres y los alientan a serlo.
- Identidad de género: La identidad de género es cómo te sientes en tu interior y cómo expresas tu género a través de tu manera de vestir, de comportarte y de tu apariencia personal.
La separación y segregación de género del patriarcado acepta dos únicos sexos: el femenino y el masculino.
El sexo femenino se establece como un sexo “pasivo” el cual debe dedicarse a actividades privadas como el hogar y la familia, cumpliendo el papel forzado de progenitora y cuidadora, mientras que el sexo masculino es el “dominante”, y este debe dedicarse a actividad públicas como posiciones de poder y liderazgo en la política, lo comunitario, la religión y el mundo laboral, manteniendo un completo control sobre la economía.
¿Cómo se caracteriza el sistema patriarcal en la sociedad actual?
Las prácticas y costumbres del patriarcado pueden notarse en casi cualquier ámbito social en los que el hombre claramente goza de mayores beneficios que las mujeres, incluso en los casos en los que una mujer pueda tener más preparación profesional.
Algunas de las características principales del patriarcado como costumbre social son las siguientes:
Violencia económica
Esta es una de las principales características del patriarcado y suele notarse en las familias en las que la mujer no cuenta con autoridad en las decisiones financieras, o incluso sus ganancias laborales son administradas por un hombre para cumplir el papel de “jefe de hogar”.
La violencia económica puede causar graves daños en la salud psicológica de la mujer. Hoy en día, a pesar de que se han logrado avances en la autonomía financiera de la mujer en varios lugares del mundo, aún hay muchos casos de mujeres que son sometidas por sus maridos a este tipo de abuso, muchas veces alentados por creencias culturales y/o religiosas.
Desequilibrio en actividades laborales y domésticas
La mayoría de las veces las mujeres son ‘sobreexplotadas’ en su trabajo y suelen, además, brindar largas jornadas de labores en el hogar. Diferentes estudios a nivel mundial indican que, si se tiene en cuenta el trabajo profesional de las mujeres, el cual sí es remunerado, y el trabajo doméstico que suelen realizar, las mujeres producen un trabajo excedente en comparación con los hombres.
Este desequilibrio en las tareas y responsabilidades laborales y del hogar, es una de las características más notables de un sistema patriarcal basado en la división sexual del trabajo, es decir, una distribución de tareas entre hombre y mujeres, en la que se establece que las mujeres se dedican “por naturaleza” a las actividades domésticas, y los hombres a la actividad productiva y comercial.
Ausencia parcial o total de los derechos de la mujer
A pesar de que en el mundo occidental las mujeres, gracias a su constante lucha de años, han logrado ampliar considerablemente sus derechos en ámbitos como la educación, la política y la economía, aún hay muchos lugares en el mundo en los que la mujer es sometida a costumbres culturales que socavan por completo sus derechos.
En zonas de Oriente Medio y África, por ejemplo, los derechos de la mujer son bastante escasos, sobre todo en aquellas sociedades que se rigen por creencias religiosas extremistas, en las que incluso hoy en día se siguen llevando a cabo prácticas como la mutilación genital femenina.
Violencia física, sexual, moral y/o cultural
La mayoría de las veces las ideas que establece el patriarcado dan paso a situaciones de violencia física, sexual, moral y/o cultural, producto de las creencias de superioridad del hombre sobre la mujer.
La violencia física suele experimentarse sobre todo en la vida de pareja y conyugal cuando se da paso a la violencia doméstica. En el caso de la violencia sexual, se encuentran las situaciones de violación y abuso sexual contra la mujer, así como los casos de mutilación genital.
Por otro lado, la violencia moral se representa por insultos y humillaciones hacia la mujer, mientras que la violencia cultural es aquella representada en mitos, leyendas y creencias religiosas.
Un ejemplo de violencia cultural ocurre en los ‘Baruya’, una población de Nueva Guinea en donde los hombres consideran la leche materna no como un producto femenino, sino como una transformación del esperma del hombre. Es decir, ven a la mujer como un ‘vehículo’ para alimentar a los bebés, considerando que el hombre es quien realmente nutre a los recién nacidos.
¿Estamos cerca del final del patriarcado?
Hay muchos estudios que afirman que, gracias a la constante lucha de los movimientos feministas en el mundo, los cuales en el último siglo han tomado mucha más fuerza, durante las próximas décadas el patriarcado podría llegar a su fin, luego de ser un sistema generalizado en la sociedad por más de 10.000 años.
En el mundo actual ya se notan grandes avances en materia del respeto a los derechos de las mujeres. Noticias como la elección de la primera mujer para el cargo de Vicepresidente de los Estados Unidos: Kamala Harris, la despenalización del aborto en países como Colombia, Argentina y México, son muestra de cómo la constante lucha de los movimientos feministas por la libertad, la justicia y la igualdad de derechos ha dado buenos resultados.
Sin embargo, como mencionamos anteriormente, aún hay muchos lugares en el mundo en los que la mujer es sometida a sistemáticas violaciones de sus principales derechos, por lo que aún hay mucho por hacer para lograr un mundo de igualdad y justicia en el que todas las personas puedan tener acceso a los mismos derechos.
De hecho, según el Informe Global de Brecha de Género, publicado por el Foro Económico Mundial (FEM) en el 2019, se necesitarán aproximadamente 100 años más para poder cerrar la brecha de género que marca la desigualdad que se vive actualmente en muchas partes del mundo.
¿Cómo combatimos la opresión del patriarcado en Yo Digo No Más?
En Yo Digo No Más estamos conscientes del largo camino que aún falta por recorrer para lograr una sociedad en la que realmente se respeten los derechos de la mujer en todo aspecto, sobre todo el derecho esencial a la vida, la salud y la no violencia.
Sabemos que, a pesar de que estos problemas afectan tanto a mujeres como a hombres, las mujeres suelen ser el blanco principal de los abusadores a nivel mundial, debido a las ideas instauradas en la sociedad por el patriarcado.
Por eso, desde un principio nuestra misión se ha basado en servir como una plataforma para darle voz a toda persona que haya sido víctima de algún tipo de abuso, violencia o agresión física y/o psicológica, sin distinción de sexo, género o identidad de género.
A través de la educación, la ayuda psicológica y el empoderamiento, en Yo Digo No Más contribuimos cada día para que las víctimas de abusos a nivel mundial, mujeres, hombres, niñas y niños, puedan romper el silencio sobre sus experiencias y ayudar a más víctimas a hacerlo.
Al romper el silencio y alzar nuestra voz en contra de estos abusos, damos un paso más en la lucha para romper las cadenas opresoras del patriarcado.
¡Tú también puedes hacer parte de esta lucha! Súmate al movimiento y trabajemos juntos en contra del abuso sexual y toda forma de injusticia que atente contra la igualdad de género y los derechos de la mujer a nivel mundial.