Maternidad obligada luego de una violación
Es difícil salir adelante luego de padecer una violación, pero esta situación puede ser aún más compleja cuando el resultado del abuso es un embarazo no deseado y de ahí, una maternidad obligada.
Historias de abuso en las que se alza la voz
Las víctimas de abuso sexual se sienten culpables por callar, por haber permitido que eso pasara, o porque creen que merecen vivir algo así. Betty Rodriguez, sobreviviente de abuso sexual, alzó su voz en el talk show #YoDigoNoMás y narró la violación que sufrió por parte de su padre a la edad de 12 años, el producto de ese abuso resultó en embarazo.
Esta historia es realmente desgarradora porque Betty, siendo una niña, tuvo que afrontar el dolor de ser violada por la persona que la debía cuidar, este hombre le hacía creer que el abuso era un método de castigo por los comportamientos que ella tenía y, como un buen papá, la estaba corrigiendo. Pero el drama de esta pequeña no terminó ahí, porque luego de los abusos ella quedó embarazada y cuando buscó ayuda no encontró respaldo, ni siquiera en su madre, quien, por el contrario, la obligó a callar para proteger a su esposo.
En la entrevista con María, Betty afirmó: “me sentía miserable de ver que mi madre me obligó a callar, y lo más triste es que siendo una niña de 12 años fui abusada, iba a ser madre y me sacaron de mi casa a vivir a un internado”. A esta mujer le robaron la inocencia, le robaron la infancia y la obligaron a dar en adopción al hijo que ella no había elegido concebir.
Sensación de culpa que refuerza la sociedad
En Chile, Colombia, Brasil y Panamá, las mujeres tienen la opción de abortar cuando son víctimas de violación, pero a veces, el desconocimiento y los principios religiosos que imperan en la región, hacen que esta opción sea invisibilizada, obligando a las niñas a ejercer una maternidad que no eligieron. En Brasil, en agosto de 2020, una menor de 10 años quedó embarazada producto de una violación por parte de su tío, quien abusaba de ella desde los 6 años. Cada hora, 4 niñas menores de 13 años son abusadas sexualmente en Brasil.
Los grupos pro-vida del país filtraron los datos de la menor e intentaron impedir el aborto por medio de instancias judiciales, llegando hasta el punto de atacar a los médicos. La pequeña fue revictimizada por la exposición y la culpa que ejercieron sobre ella, a esa edad es difícil entender psicológica y físicamente lo que está sucediendo, de hecho, se considera 5 veces más riesgoso para la vida de una menor de 15 años tener un parto que practicarse un aborto.
Muchas personas que no han experimentado abuso sexual juzgan con facilidad a las sobrevivientes por las elecciones que toman, pero con eso, lo que producen es que se refuerce la idea de que la víctima es culpable de lo que le pasa y debe cargar a todo costo con el dolor de lo que le sucedió. Emprender acciones en contra de mujeres que solo quieren dejar atrás un embarazo que les recuerda lo que vivieron, refleja la falta de empatía que existe, porque una niña que fue violada no eligió ser mamá, no eligió perder su infancia, no eligió que otra persona abusara de ella, es por eso que el estado y la sociedad le debería garantizar una elección que le permita medianamente recuperar algo de lo que perdió.
En Ciudad de México, los grupos pro-vida se estacionan frente a las clinicas que realizan los procedimientos abortivos para evitar que las personas puedan acceder al derecho de practicarse un aborto seguro y libre. Se hacen pasar por centros de información sobre el aborto para brindar datos incorrectos sobre el procedimiento y las semanas de gestación, logrando así crear incertidumbre en mujeres abusadas, angustiadas y solas, impidiendo que obtengan la interrupción voluntaria de su embarazo. Es por eso que se han conformado grupos pro-decisión para acompañar desde la comprensión y el respeto a las mujeres que han decidido abortar.
Medidas que impiden el acceso a los derechos
Ciudad de México es el único estado de México que despenalizó el aborto y desde la decisión existe tasa 0 de muertes por esta causa, mientras que 18 estados reconocen la protección de la vida desde la concepción, por lo que el aborto es penalizado como homicidio. En Guanajuato, la ley es aún más drástica, 6 mujeres han sido acusadas de homicidio tras sufrir abortos espontáneos.
Estados Unidos, al igual que México, no maneja una despenalización general porque cada estado tiene cierta autonomía, pero en los últimos años se ha observado una campaña para abolir derechos que se habían garantizado anteriormente. En mayo de 2019, Alabama prohibió el acceso al aborto aun en casos de incesto y violación; esta estrategia estuvo acompañada por otros 7 estados, que aprobaron la ley del latido del corazón, la cual busca impedir el aborto luego del momento en que pueda escucharse el latido del feto. Normalmente en la semana 6 de gestación se puede escuchar el corazón, entonces esto introduce un problema complejo, porque la mayoría de mujeres no perciben el embarazo hasta la semana 10, entonces, si bien esta medida propone una idea similar a la de Alabama, obstaculiza la opción de que las mujeres ejerzan su derecho al aborto libre y seguro.
La autonomía de las mujeres no se evidencia con claridad, porque socialmente cada decisión que implica su corporalidad debe ser cuestionada y verificada por otros, la condición femenina es relegada a una infantilización en la que las elecciones se miran con sospecha, porque se asume que no es responsable de su ser.
Pero resulta curioso que cuando son niñas las que en verdad no tienen el cuerpo ni la capacidad mental para elegir, sufran una maternidad obligada al responsabilizarse por un feto que no eligieron tener.
En el movimiento #YoDigoNoMás nos importa la voz de aquellas que no han podido ser escuchadas, de las que han dejado a un lado y les han negado sus derechos. Si tienes una historia por contar, este es el espacio de hablar para sanar. No estás sola, nosotros te apoyamos.
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