Libertad de elección sexual para las mujeres

Libertad de elección sexual para las mujeres

Por décadas, las mujeres han estado luchando por sus derechos, y aunque en su lucha han logrado obtener algunos de los que siempre les han restringido, la libertad de elección sexual para las mujeres se sigue viendo como un derecho aún platónico.

En general, un derecho que aún le falta conseguir a las mujeres (o, mejor dicho, que a la sociedad le falta otorgar) es la autonomía, o bien, la libertad de ser autónomas. Poco a poco, en una larga y tediosa lucha han ido consiguiendo los derechos de los que los hombres siempre han gozado, sin embargo, todavía no tienen el derecho básico de elegir sobre ella misma.

Se presenta entonces la ironía de que tenga ya el derecho de elegir a su presidente o gobernador, pero no el derecho de decidir lo que sucede con su propio cuerpo.

La libertad sexual se refiere a que una mujer pueda autodeterminar sus decisiones en el ámbito sexual, es decir, que la mujer sea dueña de su propio cuerpo y pueda compartirlo a voluntad, decidir si quiere o no tener hijos, con quién y en qué momento.

Dentro de ese mismo derecho, la mujer tendría que poder decidir si tomar o no anticonceptivos, de qué tipo, o si abortar o no siempre y cuando no ponga en riesgo su salud, en vez de tener que presentar ante un jurado conformado comúnmente por hombres conservadores y muchas veces religiosos y machistas las razones personales por las que quiere abortar. En esa corte, en lugar de ganar un derecho, la mujer pierde su dignidad y la sociedad refuerza su control patriarcal.

Lo que hace esta restricción de derechos, además de continuar denigrando a la mujer, es ponerla en riesgo, ya que muchas veces busca seguir con su decisión y, al no ser apoyada por la sociedad, su familia, ni la ley, se pone en riesgos innecesarios que comúnmente tienen consecuencias fatales.

Tanto las Naciones Unidas como las leyes de muchos países en América, especifican que todos debemos ser libres e iguales, sin embargo, la vasectomía y la paternidad de un hombre son opcionales y dejadas a su criterio. Es peor visto un aborto (incluso después de una violación) que el abandono de un niño por su padre; se sigue protegiendo y absolviendo al hombre incluso después de que se sabe que lo que hizo va en contra de las leyes morales.

A la mujer se le limita en la libertad sexual desde su elección de pareja, se le juzga si su opinión es diferente a la de la clásica madre conservadora, y se le expone a un extremo riesgo de salud al no apoyarla en su elección de aborto.

Ahora bien, en el ámbito específico del aborto, se somete a la mujer a un dilema religioso y moral, cuando en realidad la situación involucra aspectos emocionales que solo ella puede experimentar y sobre los que solo ella puede decidir.

Las mujeres siempre han tenido que pasar por situaciones difíciles, es increíble que, hasta la fecha, a la mitad del 2021, sigan luchando por no ser discriminadas, por poder laborar en situaciones iguales a las de los hombres, por no vivir en situaciones de acoso sexual, y, sobre todo, por poder decidir ellas mismas qué sucederá con su propio cuerpo.

Existen organizaciones y movimientos como #YoDigoNoMás que apoyan a las mujeres en su lucha y se enfocan en unir a quienes necesitan ser escuchados. Encuentra las múltiples opciones que tenemos para unirse al movimiento y hacer que tu voz se escuche

Tu puedes hacer parte del cambio, súmate a este movimiento en nombre propio o de cientos de victimas que no han logrado encontrar su voz para pronunciarse en contra de este flagelo.