El derecho a tener derechos, el logro de las personas LGBTQI
Stonewall Inn
En 1969, un bar en New York hizo historia: las personas homosexuales de la ciudad decidieron romper el silencio y no callar nunca más. En la madrugada del 28 de junio en Stonewall Inn, un bar de Greenwich Village, el movimiento de liberación por los derechos de la comunidad LGBTQI cobró vida, luego de la indignación que causó la redada policial que tomó lugar allí.
En esa época, eran pocos los espacios que permitían a las personas tener la libertad de expresar atracción por alguien de su mismo sexo y, en medio de una sociedad discriminadora e injusta, se justificaba la agresión policial hacia quienes se salían de la norma heterosexual. Pero esta comunidad se cansó y dijo No Más, salieron a las calles para marchar, hacerse escuchar y exigir sus derechos.
La normalización de la homofobia no permitía ver que socialmente se estaba condenando a miles de personas a la represión de sus afectos, a una vida cargada de insatisfacciones, angustia e infelicidad. Elegir a quién amar implicó para muchos ser catalogados como enfermos o poseídos por el demonio. El discurso colectivo de segregación se encontraba tan convencido de que ese era el camino a seguir, que en 1970, España aprobó la ley de peligrosidad y rehabilitación social, la cual trataba a los homosexuales como vagos o maleantes, condenandolos a hasta 5 años de prisión.
Resistencia por los derechos
Durante las décadas de los 60´s hasta los 90´s, los movimientos sociales adquirían cada vez más fuerza porque quienes se sentían oprimidos querían tener acceso a las oportunidades y los derechos que sentían les eran arrebatados.
El movimiento de liberación de la comunidad LGBTQI no era la excepción; en 1972 en Suecia se creó una legislación para permitir que las personas trans pudieran cambiar legalmente su género, financiado por el estado con tratamientos gratuitos. Este derecho en la realidad actual de muchos países aún parece lejano.
La apertura que mostraron algunos paises hacia la inclusión, hizo que otros por el contrario afianzaran el temor social hacia la libertad de elección y endurecieron su normatividad, amparándose en resguardar las creencias religiosas o tradicionales para ejercer el absurdo “derecho” a la discriminación. Fue así como Emiratos Árabes Unidos, en 1988, aprobó la pena de muerte para las personas homosexuales, probando ante el mundo que la violencia es la forma de gobierno que prefieren ejercer. Yemen, Sudán, Mauritania, Nigeria y Somalia también hacen parte de la lista de países que aún hoy en día prefieren alimentar las filas de muertos en los cementerios que reconocer la elección afectiva de sus ciudadanos.
Por una libertad afectiva
En 1994, Canadá intentó reparar la injusticia que había cometido contra las personas homosexuales y ofreció refugio a todos aquellos que estuvieran huyendo de sus paises debido a la discriminación sexual. En 1990, la OMS también intentó remediar la estigmatización causada a la población LGBTQI y eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, un paso que desacreditó científicamente los tratamientos conductuales de reorientación sexual.
Actualmente se conocen casos como el de la República de Chechenia, en la que se encontraron varios campos de concentración en los cuales retenían y torturaban a los homosexuales, esta noticia se conoció en el año 2017. Para las minorías ha sido difícil recorrer el camino hacia la emancipación y la garantía de sus derechos, pero es importante recordar que hasta hace menos de dos siglos, la esclavitud se consideraba una transacción comercial más, sin ninguna sanción social por usar seres humanos como mercancía en venta. Entender que ese tipo de comportamientos eran socialmente aceptados, permite ver en retrospectiva y mantener una esperanza frente a los procesos de libertad que se han alcanzado en los últimos dos siglos.
Aún faltan muchos derechos por asegurar y existen países que conservan tradiciones que denigran al ser humano, pero ahora por lo menos se sanciona colectivamente la discriminación y cada vez se alza con mayor fuerza la voz para que las injusticias no queden en la impunidad.
Tu puedes hacer parte del cambio, súmate a este movimiento en nombre propio o de cientos de victimas que no han logrado encontrar su voz para pronunciarse en contra de este flagelo.
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