El abuso sexual afectó la salud mental de Erandi y la llevó a pensar en terminar con su vida
Cuando inició la secundaria, a los 12 años, Erandi Eckstein notó que su cuerpo se desarrolló muy rápidamente y lucía muy diferente a sus compañeras. Esto desencadenó que sus compañeros fijaran su atención en ella. En este punto, se hicieron frecuentes las burlas y sufrió abuso sexual por parte de uno de sus compañeros que tocó sus senos, lo cual terminó en una reacción violenta por parte de ella.
Pese a su enojo, en su escuela, en un intento por apoyarla, se dio más importancia a su reacción que al abuso sexual que sufrió. Todo el tiempo se le decía que no debía tener una respuesta violenta, minimizando por completo el acto abusivo por parte de su compañero.
Posteriormente, en su último año, Erandi quedó embarazada de su primer novio. Lo cual llevó a que esa relación adolescente que parecía llena de amor y de detalles, terminará de manera conflictiva. Todo esto, sumado a todo lo que implicó su embarazo, causaron en ella profundas heridas que por largo tiempo le afectaron negativamente y la llevaron a contemplar la idea de poner fin a su vida.
Descubrir su embarazo creó más conflicto en su vida
Sólo hasta que estaba llegando al quinto mes de gestación, Erandi se enteró de que estaba embarazada. Para ese entonces, ya estaba terminando la relación con su novio. Durante esos meses ella no detectó nada extraño en su cuerpo que la pudiera llevar a pensar que esperaba un bebé. Aunque tuvo náuseas y vómitos, su cuerpo parecía no sufrir ningún cambio.
Un día tuvo mucho vómito y dolor de estómago y al ser llevada al hospital, todos en su casa creían que tenía apendicitis y que tendría que ser sometida a una cirugía. Cuando le hicieron un ultrasonido, todos se sorprendieron al enterarse de su embarazo.
Esta situación generó mucha tensión en la familia de Erandi. La noticia fue muy sorpresiva para todos porque en su núcleo familiar siempre se habló abiertamente de sexualidad, además, el médico que la atendió en el hospital la acusó de mentir cuando ella afirmó que todo el tiempo tuvo su ciclo menstrual.
Una etapa de mucha depresión y ansiedad
Al aproximarse a los seis meses de embarazo, Erandi se puso muy mal y por la ausencia de cuidados prenatales durante los primeros meses, su bebé presentaba múltiples complicaciones, por lo que fue necesario que le practicaran una cesárea de urgencia y, finalmente, su bebé falleció pocas horas después de nacer.
Haber quedado embarazada, no haberse dado cuenta de que lo estaba, y el hecho de que el embarazo terminara de esta manera, le generaron una profunda frustración. Adicionalmente, luego de enterarse de su embarazo, su cuerpo cambió mucho y no volvió a ser como era, lo que le causó un grave problema alimenticio y conflictos de autolesiones.
Según afirma, ella se convirtió en una experta en ocultar lo que sentía y el dolor físico se convirtió en una fuente de “alivio” para su dolor emocional, pasando a ser todo un círculo muy perjudicial en el que ella sentía culpa por subir de peso, por lo que en muchas ocasiones se obligaba a dejar de comer de comer. Toda esta situación la hacía sentir frustrada y enojada con ella misma, se lesionaba y nuevamente se sentía culpable.
Para Erandi ya no había alternativas
Cuando tenía entre 22 y 23 años, ella tuvo una crisis de ansiedad muy fuerte, acompañada de ataques de pánico, le dijo a su mamá que o se mataba o se curaba, para ella no había otra alternativa. Siempre la acompañaron los pensamientos suicidas y hubo momentos en los que sentía que “no valía la pena estar”.
En su universidad, había un programa de psicología y empezó a ir a terapias y grupos de ayuda, lo que le permitió cambiar la forma de ver su vida y de relacionarse, algo que siempre le costó mucho. A partir de la terapia constante, fue diagnosticada con trastorno de límite de personalidad, por lo que empezó a ser medicada. De esta forma sintió que su vida empezó a cobrar sentido, ya que ahora entendía que había algo que le causaba depresión y ansiedad.
Hoy, Erandi es maestra de español y literatura, vestuarista, manicurista y dedica su tiempo a realizar muchas actividades. Tras atravesar tiempos tan difíciles, fue a través de la terapia que ella pudo tener respuestas que le permitieron sentirse mejor y regresar a la actuación, una actividad que le gustaba mucho y que considera como su salvavidas; fue así como fue recuperando pedazos de su vida.
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Cuidar la salud mental y sanar
En el Movimiento #YoDigoNoMas somos conscientes de la importancia de la salud mental y de la terapia para afrontar de una manera adecuada el trauma. Sanar las heridas del abuso sexual es un proceso largo y doloroso en el que es esencial romper el silencio y buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
En nuestro sitio web puedes encontrar valiosas herramientas y recursos para aprender a prevenir el abuso sexual e iniciar un proceso de sanación, si eres sobreviviente. Así mismo, hemos creado un espacio seguro y de confianza para que los sobrevivientes de abuso sexual puedan compartir su historia.
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