¿Cómo tratar la dismorfia corporal?
Enfocarse constantemente en defectos físicos pequeños, que para los demás pueden ser imperceptibles, y magnificarlos a tal punto que empiecen a afectar negativamente diversas situaciones sociales, puede ser una señal de alerta de que alguien está sufriendo dismorfia corporal.
Este trastorno en el que te enfocas intensamente en “arreglar” un aspecto de tu apariencia física puede modificar tu comportamiento a tal punto que te mires repetidamente en el espejo, te asees con mucha más frecuencia y recurras a procedimientos estéticos para “encontrar tranquilidad”. Aunque mirado a la ligera esto no parece ser muy grave, quienes sufren dismorfia corporal viven un alto nivel de sufrimiento emocional.
Si bien son muchos y muy diversos los síntomas que genera este trastorno, los más frecuentes son:
- Preocupación constante por la imagen corporal.
- Pensamientos excesivos.
- Comportamientos repetitivos difíciles de controlar.
- Tener tendencias perfeccionistas.
- Dificultad para desenvolverse en la vida social y otros aspectos de la vida.
Como ves, la dismorfia corporal no se trata de un simple problema de baja autoestima o algo que pase con el tiempo, esta afección puede tener efectos muy negativos en la vida de una persona si no se identifican y tratan a tiempo.
¿Quién sufre dismorfia corporal y cómo puede tratarse?
La dismorfia corporal puede afectar a personas de cualquier género y tiende a presentarse durante la adolescencia o la adultez temprana. Se trata de una afección que permanece en el tiempo y cuando no se trata puede agravarse con los cambios físicos que genera el envejecimiento como la aparición de canas y arrugas.
Saber identificar si se trata de una preocupación pasajera por la imagen corporal o si se trata del trastorno dismórfico corporal no resulta sencillo. Por esta razón, recurrir a un profesional de la salud mental, que pueda diagnosticarlo y tratarlo, es primordial.
Como en los casos de otros problemas de la salud mental, es posible que la dismorfia corporal requiera la combinación de tratamientos. Los que se usan más a menudo son los siguientes:
Terapia psicológica
Se enfoca en corregir los pensamientos de la persona con respecto a su “defecto” y en la reducción de sus acciones compulsivas.
Prevención de exposición y respuesta
Recurre a pensamientos y situaciones reales para demostrarle a la persona que su percepción de sí misma no es precisa.
Tratamiento con medicamentos
Emplea medicamentos antidepresivos conocidos en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo.
Terapia grupal/familiar
El apoyo de las personas especiales en la vida de quien sufre dismorfia corporal es esencial. Además de comprender lo que está sufriendo la otra persona, esta terapia ayuda a que aprendan a identificar los signos y síntomas.
Técnica del espejo
Busca fomentar la autocompasión y dejar de lado la postura enjuiciadora de sí misma que tiene la persona.
Técnicas complementarias
Practicar técnicas de respiración, relajación o mindfulness puede ser muy beneficioso en el tratamiento de la dismorfia corporal.
La dismorfia corporal ha sido relacionada con el deterioro de la calidad de vida y las relaciones sociales e incluso con el suicidio. Un diagnóstico y un tratamiento a tiempo pueden hacer la diferencia.
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Desmontemos los ideales de belleza
Si bien todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido molestia por alguna parte del cuerpo que consideramos debería lucir de otra manera y desearíamos cambiarla, aceptarnos como somos es un factor muy importante a lo largo de nuestra vida.
Querer encajar, a como dé lugar, en los estándares que impone la sociedad, puede hacernos mucho daño. Así mismo, subestimar los signos y síntomas de dismorfia corporal en las personas de nuestro entorno cercano, puede ser devastador.
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