Cómo desarrollar la responsabilidad afectiva: 7 consejos imprescindibles
Tener conciencia de que nuestras palabras y nuestros actos pueden tener consecuencias en las demás personas, así como hacernos cargo de nuestros pensamientos y emociones, es responsabilidad afectiva. Un concepto del que cada día se habla más, pero que también parece estar ausente en la forma en que nos relacionamos hoy en día.
Si bien es importante elegirnos como prioridad, también es fundamental tener claridad de que nuestras acciones pueden afectar, positiva o negativamente, la vida de las personas de nuestro entorno. Más aún, cuando estamos construyendo una relación de pareja.
Varios factores son importantes cuando hablamos de responsabilidad afectiva. Entre los más importantes se cuentan: la empatía, el respeto, la comunicación efectiva, la escucha activa, así como establecer y respetar límites sanos, entre muchos otros.
5 características de la responsabilidad afectiva
Otra forma más simple de explicar de qué se trata la responsabilidad afectiva es hablar del cuidado de los sentimientos y emociones, lo cual es importante siempre en nuestras relaciones con otras personas, pero más aún cuando estamos iniciando una relación de pareja.
Entre las principales características de la responsabilidad afectiva se encuentran las siguientes:
- Poder comunicar libremente nuestras necesidades, expectativas y sentimientos.
- Establecer límites sanos de forma mutua y respetarlos.
- Analizar y comprender las consecuencias de nuestras acciones y cómo afectan a otras personas.
- Fomentar una buena comunicación.
- Respetar y validar las emociones y pensamientos del otro.
Si sientes que necesitas mejorar la forma en que te relacionas con los demás, es importante que tengas presentes estas características y que sepas que esta habilidad se puede trabajar en cualquier momento de la vida.
7 tips para trabajar la responsabilidad afectiva
Si no tienes claro qué puedes hacer para desarrollar o reforzar la responsabilidad afectiva, a continuación encontrarás algunas buenas prácticas que te ayudarán en este proceso y que te permitirán relacionarte de una mejor manera.
Sé empático y respetuoso
Tanto la empatía como el respeto son la base de la responsabilidad afectiva. Poder tener un mayor entendimiento de lo que piensa y siente el otro, puede ahorrarnos dificultades y conflictos innecesarios.
Analiza las emociones y exprésalas
Ser responsable de nuestras emociones y saber gestionarlas adecuadamente es esencial. Así como expresarse de manera asertiva, más desde el sentir que desde la crítica.
Sé honestx
El engaño no resulta beneficioso para ningún tipo de relación, aunque se considere algo pequeño. La mejor base para construir y fortalecer un vínculo saludable es hablar siempre desde la honestidad y la sinceridad.
Reflexiona sobre las consecuencias de tus actos
Generalmente nuestras acciones pueden tener repercusiones en las demás personas, por eso es importante analizar las consecuencias que puede tener lo que hagas y lo que digas. Las decisiones impulsivas no suelen ser una buena alternativa.
Establece límites sanos
Tener claridad de aquello que toleramos y lo que no es primordial. Establecer, expresar y respetar los límites de cada persona puede ayudar a evitar los conflictos y a cultivar la armonía en los vínculos que establecemos. Recuerda que los límites no sólo aplican en relaciones de pareja, también son necesarios en la familia, entre amigos, en el entorno laboral, entre otros.
Sé coherente
Actuar en coherencia con lo que pensamos y sentimos aporta estabilidad y confianza a la relación, además aporta a tu bienestar emocional.
Reconoce tus errores y trabaja para corregirlos
Ser conscientes de que podemos cometer errores, ser capaces de reconocer cuando nos equivocamos y trabajar en ello, nos ayuda a avanzar hacia la responsabilidad afectiva.
Además de brindarnos bienestar emocional en nuestras vidas y estabilidad en nuestras relaciones, la responsabilidad afectiva nos ayuda a saber cómo gestionar de una manera adecuada las situaciones y emociones difíciles.
También te puede interesar: ¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué es importante?
El cuidado debe ser mutuo
Cuando estamos estableciendo un vínculo con alguien, las ilusiones y expectativas que tenemos a veces no nos dejan percibir la falta de responsabilidad afectiva en la persona que estamos conociendo y quedamos expuestos a conductas perjudiciales como el ghosting, el breadcrumbing, el zombieing, entre otros, y nos convertimos en víctimas de diferentes tipos de abuso.
En el Movimiento #YoDigoNoMas rechazamos todas las formas de abuso y, a través de nuestro sitio web, brindamos herramientas valiosas para prevenirlas. Además brindamos apoyo para que las víctimas de abuso sexual puedan romper el silencio e iniciar su proceso de sanación.
Hoy queremos invitarte a que conozcas más sobre el movimiento y lo que hacemos. Además, te invitamos a sumarte a la Segunda marcha contra el abuso sexual de nuestros niñxs. Puedes sumarte uniendo tu voz a la nuestra este 29 de abril en Yonkers (New York), haciendo una donación o como patrocinador. ¡Te esperamos!