Ciudades seguras para mujeres y niñas del mundo
La percepción de seguridad en las ciudades
En 1996 algunos alcaldes de África pidieron a ONU Hábitat que acompañara los procesos que se estaban llevando a cabo para mitigar la violencia y la inseguridad, fue así como surgió el programa Ciudades más Seguras en el que actualmente participan 77 ciudades.
Con el pasar de los años el programa consolidó mejores estrategias para definir las causas que producen la violencia y encontraron que es importante generar intervenciones adecuadas a las necesidades reales de cada comunidad. También es indispensable contar con una gestión administrativa que esté dispuesta a escuchar e implementar las soluciones propuestas.
Espacio público sinónimo de inseguridad para las mujeres
Históricamente la planificación de las ciudades ha estado a cargo de los hombres. Las prioridades en la ocupación del espacio se han establecido en función de la visión masculina, que en la mayoría de los casos no logra vincular las necesidades de la población femenina.
Los índices de inseguridad que viven las mujeres en el espacio público son alarmantes, en un estudio realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina se encontró que las mujeres perciben el transporte público como un espacio peligroso, desde el momento en que caminan hasta finalizar su trayecto.
Buenos Aires, Quito y Santiago de Chile fueron las ciudades que participaron y se demostró que en ausencia de luz aumenta la inseguridad para todos los transeuntes, pero las mujeres tienen el agravante de sentirse expuestas al acoso o una violación.
En el estudio se comprobó que una de las estrategias que emplean las mujeres para prevenir la inseguridad es el cambio de rutas, pero esto afecta el tiempo de desplazamiento y en algunos países como México, se ha evidenciado en los últimos 10 años una disminución del del 64% al 52% de usuarias en el transporte público.
Proyecto: “Caminos seguros para las mujeres en Iztapalapa”
Temer a los espacios públicos es una constante que se vive desde la realidad femenina y sobre este panorama las entidades gubernamentales deben ejecutar planes de acción para reducir la inseguridad. Clara Marina Brugada Molina Alcaldesa de Iztapalapa México, creó un proyecto para disminuir la percepción de riesgo en las zonas más transitadas de la ciudad e incluyó botones de pánico en todo el trayecto para alertar a las autoridades de los delitos..
La intervención llamada Caminos Seguros para las Mujeres, contó con la participación de la comunidad para entender las razones que acentuaban la inseguridad y cuáles eran los focos de violencia más visibles. A parte de iluminar los caminos, la construcción buscó generar un entorno agradable para los habitantes del sector, por lo que decidieron pintar murales a lo largo del trayecto y se ampliaron las aceras. En una entrevista para El País Brugada afirmó “Si una niña puede caminar por la calle de noche, libre y segura, es que cualquiera puede hacerlo”.
Las cifras demuestran que en la zona los delitos disminuyeron de 1.084 a 587 por mes, pero de manera paradójica las denuncias por violación y acoso aumentaron. Según la fiscalía esto se debe a que ahora las mujeres tienen menos miedo a denunciar porque se sienten respaldadas por las entidades que hacen seguimiento al proyecto.
Esta iniciativa pone en práctica las estrategias que propone el programa Ciudades Seguras para Mujeres y Niñas, a la vez que permite reconocer la gestión administrativa de la Alcaldesa Brugada, demostrando que la participación de las mujeres en cargos públicos promueve soluciones para las necesidades de la población en general, a la vez que enfrenta la desigualdad que viven las mujeres al hacer uso del espacio público.
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