Astrid decidió compartir su historia de abuso sexual para sanar y ayudar a otros
Pese a que recuerda haber tenido una infancia muy bonita, entre los 7 y los 8 años, Astrid Rivera fue víctima de abuso sexual por parte de un integrante de su familia. Por mucho tiempo, ella olvidó los detalles de esta experiencia, pero al escuchar las historias de otras sobrevivientes de abuso sexual, recordó aquel episodio que su mente había bloqueado.
Mientras sus padres pensaban que ella estaría en un lugar seguro al llevarla a casa de su bisabuela, y que este sería un lugar donde recibiría cuidados y amor, el tío de su madre hacía pedazos su vida y su alma.
Hoy en día, Astrid es una mujer que rompe los límites. Aunque desde su infancia centró su interés en el periodismo, en un momento en que su familia atravesaba una situación difícil y que su padre no podía pagarle la carrera en periodismo, como lo anhelaba, ella decidió unirse a la milicia de los Estados Unidos, al igual que muchos hombres de su entorno familiar.
Tras tomar la decisión de integrarse a las fuerzas armadas, ella permaneció 8 años allí, siendo consciente de que esto sería sólo por un tiempo, mientras podía hacer su carrera y ejercer como periodista. Hoy su proyección profesional continúa y, a través de su quehacer, se ha dedicado a ayudar a otros sobrevivientes de abuso sexual.
Otras historias la ayudaron a recordar su experiencia de abuso sexual
Dentro del proceso de su trauma, Astrid olvidó muchos detalles de su historia de abuso, y hoy siente descanso por no recordar todo. Pero a partir de todo lo que sucedió con el Movimiento Me Too y las historias de otras mujeres que ella leyó y escuchó, logró recordar muchas cosas que vivió en su infancia.
Entre los 7 y los 8 años, sus padres la llevaban a la casa de su bisabuela a estudiar. Allí un tío de su madre abusaba sexualmente de ella. Para ella, lo más complejo de esta situación era saber que le estaban causando mucho sufrimiento y pensar que los “debía seguir queriendo” porque se trataba de su familia. Ella explica que esto sería algo que ella cambiaría de su vida porque nadie debería vivir este tipo de experiencias.
La sociedad no está lista para hablar sobre abuso sexual
Mientras en su trabajo se hablaba de la historia de la hija de un artista, abusada por éste y de todo el sufrimiento que la pequeña de 8 años había experimentado, Astrid se sintió identificada y tras varios meses trabajando en la sanación de su trauma, decidió compartir lo que ella experimentó.
Aunque ella es enfática en afirmar que la sociedad aún no está lista para esta conversación, pues siempre en estos casos lo primero que surge son los juicios y el escrutinio sobre los hechos, ella decidió hacerlo porque sabía que esto era muy positivo para su proceso de sanación y además podría ayudar a otras personas que no se habían atrevido a hablar.
Pensaba que era culpable del abuso sexual
Ya de adulta, cuando empezó a recuperar sus recuerdos, ella se sentía culpable por todo lo que le había pasado, por lo que fue necesario iniciar un proceso para perdonarse a sí misma y dejar atrás todos los reproches que su mente creaba.
Dentro de lo que ella recuerda, su cuerpo respondía positivamente a los estímulos de su perpetrador, lo cual es completamente normal porque es una respuesta natural del cuerpo. No obstante, la certeza de saber que lo que está ocurriendo no es correcto, genera muchos sentimientos encontrados y confusión.
Perdonó a su madre como parte de su sanación
La madre de Astrid supo lo que pasó, pero, por alguna razón, decidió callar. Por eso, Astrid le pidió que asumiera su responsabilidad en esto, así como ella misma había tenido que asumir su sanación. Así mismo, como parte de su sanación, ella consiguió perdonar a su madre para seguir con su vida. “Ese perdón es para ella, pero es mucho más para mí, para yo seguir adelante”, indicó.
La idea es criar generaciones que se atrevan a hablar
Con su testimonio, Astrid busca alentar a los sobrevivientes de abuso sexual que aún no se han atrevido romper el silencio, pero también indica que es fundamental que la persona se sienta preparada para hablar porque se trata de romper el ciclo del abuso y que esto no vuelva a pasar, no de presionar a las víctimas de abuso para que hablen sin estar listxs.
Astrid destaca, además, la importancia de contar con la información suficiente para criar generaciones de niñas y niños que entiendan que, si les pasa algo, se atrevan a contarlo, y que en un futuro no se conviertan en abusadores.
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“No es su culpa”
Como sobreviviente de abuso sexual infantil, Astrid envía un mensaje a las personas que han pasado por lo mismo que ella. Lo primero, es decirles que no es su culpa, que lamenta mucho que hayan tenido que pasar por esta experiencia y que aunque no parezca posible, se puede ir por la vida con el corazón roto, pero lo más importante es tener la oportunidad de hablarlo con alguien de confianza y en un espacio seguro.
Consciente de ello, el Movimiento #YoDigoNoMas trabaja cada día para apoyar a los sobrevivientes de abuso sexual para que puedan romper el silencio cuando se sientan listos. Si eres una víctima de abuso sexual, o conoces a alguien que esté pasando por esta situación, estamos listxs para ayudar.
Así mismo, queremos invitarte a que te unas a nuestro Movimiento, y a levantar juntxs nuestras voces este 29 de abril en la Marcha en contra del abuso sexual de nuestros niños. ¡Tu participación es muy importante! Te esperamos en Yonkers.