Al ayudar a los demás, Juliana encontró la sanación de su experiencia de abuso sexual

Al ayudar a los demás, Juliana encontró la sanación de su experiencia de abuso sexual

Durante más de 10 años Juliana Pereira fue víctima de abuso sexual por parte del esposo de su madre, es decir su padrastro. Cuando tenía alrededor de 3 o 4 años, la madre de Juliana inició la relación con quien se convertiría en su agresor. Luego de que se casaran, Juliana vivió con ellos por más de 20 años.

A partir de los 13 o 14 años, ella recuerda que iniciaron unos acercamientos que para ella eran fuera de lo normal por parte de su padrastro. Y durante estos episodios, él siempre le recalcaba que ella era una niña y que nadie le creería lo que ella pudiera decir. Con el paso de los años, estos acercamientos pasaron de los “toques” a la penetración.

 El “regalo” de cumpleaños

Uno de los episodios de abuso sexual que sufrió Juliana tuvo lugar precisamente en el día de su cumpleaños y, según su padrastro, éste era su regalo para conmemorar esta fecha. Por muchos años, los episodios de abuso se siguieron repitiendo hasta que ella comprendió que lo que estaba pasando no era lo correcto. Desafortunadamente no encontraba la forma de salir de esta situación.

Pese a que ella no lograba expresar con palabras todo lo que le estaba pasando, pues estaba silenciada por las intimidaciones y manipulaciones que ejercía su agresor sobre ella, su cuerpo empezó a expresarse de diversas maneras: a través de comportamientos agresivos, de su bajo rendimiento académico y del temor de permanecer sola en su casa.

Primeros pasos para romper el silencio sobre el abuso sexual

Como respuesta a su comportamiento agresivo y a su bajo rendimiento académico, Juliana debió hablar con la psicóloga del colegio y ella fue la primera persona con la que pudo hablar de lo que estaba experimentando. La psicóloga llamó a la madre de Juliana, a quien ésta tuvo que contarle nuevamente la historia porque inicialmente no le creía. Fueron muchas las preguntas que le hizo su madre, pues ella no podía creer que esto hubiera sucedido al interior de su hogar.

Tras conocer la situación, la madre de Juliana decidió hablar con su esposo, pero lastimosamente cayó en la manipulación de este hombre, quien tenía un gran poder de convencimiento, y logró hacerle creer que no había pasado nada, que no se había presentado ningún abuso.

A partir de esta experiencia, cuando su madre no le creyó, Juliana sintió que su madre estaba en su contra y empezó a creer que lo que había sucedido era culpa suya. Así mismo, decidió cerrarse y no quiso volver a hablar sobre su experiencia de abuso sexual. Para Juliana era muy claro que si su mamá no le había creído, nadie más podría hacerlo.

 Silencio y sumisión

En este punto, Juliana decidió permanecer en silencio absoluto y obedecer todo lo que en su hogar le dijeran que era lo correcto. Y empezó a distanciarse de su madre, al igual que ella. Mientras tanto, además de las agresiones sexuales por parte de este hombre que sufría Juliana, ya todos los integrantes de la familia se convirtieron en víctimas de abuso emocional cuando él llegaba alicorado a la casa.

Frente a esta situación, la madre de Juliana decidió explicarles a sus hijos e irse de la casa; sin embargo, su esposo no se lo permitió y la forzó a desaparecer y adicionalmente le hizo creer tanto a Juliana como a su hermano que la elección de su madre había sido abandonarlos sin decirles nada.

Al no tener el apoyo de su madre, Juliana decidió quedarse al lado de este hombre por cinco años, los que ella considera “los cinco años más oscuros de su vida”. Más que por ella, Juliana decidió quedarse por su hermano, para protegerlo, y decidió asumir el papel de madre.

Un llamado de atención

Cuando su abuela murió, Juliana decidió cerrar su corazón, pues para ella en ese momento su abuela era la única persona que en realidad la amaba, y de esta decisión derivó una grave afección del corazón que la llevó por varios días al hospital. Y mientras ella recibía el diagnóstico médico pensaba que necesitaba salir ya de esta situación.

Cuando llevaba dos meses de recuperación, ella decidió tomar su ropa y todas sus cosas e irse. Contactó a su madre, quien se preocupó por su estado y la acompañó en su proceso de recuperación y terapias. De ese modo, madre e hija lograron restablecer su vínculo y a través de diversas terapias lograron reconectarse y avanzar en su proceso de sanación.

 Una ruptura dolorosa

Pese a saber muchas cosas, el hermano de Juliana decidió permanecer al lado su padre biológico y desde el momento en que ella se fue de esa casa no volvió a tener contacto con él. Esto le ha causado un profundo dolor porque pese a que ella decidió permanecer varios años bajo el mismo techo de su agresor, para cuidar a su hermano, él finalmente decidió quedarse al lado del hombre que robó su inocencia y le hizo tanto daño por más de una década.

 Una decisión que le dio paz

Teniendo muchas cosas por sanar, Juliana siempre sintió que la decisión de salir de esa casa le dio paz y se sometió a diversas terapias, realizó cursos, leyó libros y accedió a material audiovisual para avanzar en el proceso de sanación de su abuso sexual. Y a partir de la decisión de ayudar a las personas que han pasado por lo mismo que ella, ella sintió la sanación en ella.

En el yoga, Juliana encontró una respuesta para procurar su propia sanación y para ayudar a las personas que se encuentran en la oscuridad a hallar nuevamente su luz.

Actualmente, esta administradora de empresas por profesión e instructora de yoga por vocación, se vale del yoga, la meditación y la respiración para ayudar a las personas a reconocerse y experimentarse e identificar dónde está esa la ruptura entre su cuerpo, su mente y su alma para ayudarlos a volver a conectarse.

Para Juliana, como para otras personas que han sufrido abuso sexual, el primer paso hacia la sanación es romper el silencio. Conscientes de ello, en el Movimiento #YoDigoNoMas hemos creado un espacio seguro y de confianza para que las víctimas puedan compartir su historia. Conoce más sobre el Movimiento y súmate a nuestra causa.

Si quieres ver el episodio completo, haz clic aquí.